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Me doy cuenta que este tema puede hacer que tu piel se ponga chinita, a veces los docentes sentimos que todo lo que hacemos es evaluar, evaluar, evaluar. Sin embargo, creo que lo que falta saber es cómo usar esos datos para guiar nuestra instrucción y cómo involucrar a nuestros estudiantes en el proceso.

Si usted es un docente o una escuela que implementa calificaciones basadas en estándares, podría estar descubriendo cuántas decisiones hay que tomar en el proceso. Desde la redacción y la escala hasta la evaluación y el informe de los padres, hay muchos, muchos detalles a considerar. Para mí, las calificaciones y los grados demuestran una filosofía acerca de lo que se trata la escuela y el aprendizaje. La forma en que calificamos a los estudiantes puede cambiar la forma en que los estudiantes y los docentes ven el aprendizaje, por lo tanto, es esencial pensar realmente en todos los entresijos...

Su hijo llega a casa de la escuela y en su papel hay un solo número: 9. ¿Debe castigarlos o recompensarlos? ¿Llama al docente? ¿Llama a un tutor? 

La respuesta es bastante obvia: no lo sabemos. Un solo número realmente no tiene ningún sentido sin tener algún contexto. ¿Fue 9 de 10 o 9 de 100? ¿Fue un puntaje para puntos o un puntaje de una rúbrica? Necesitamos más información para saber qué significa realmente el número.

En la mayoría de las escuelas, tenemos muchos datos. Generalmente se asume que más datos significa mejores resultados para los estudiantes. Esto podría ser cierto, pero creo que la mayoría de las escuelas son escuelas DRIP (Data Rich, Information Poor / Datos Ricos, Información Pobre). Tenemos los datos, pero ¿qué significa eso? El uso de datos nos ayuda a guiar tanto el aprendizaje como la instrucción, pero tiene que tener contexto. Los docentes deben saber cómo hacer referencia a los datos y cómo establecer el contexto a su alrededor.

Veo tus ojos rodando ahora mismo cuando miras este título. Sé lo que estás pensando: ¡Demasiadas pruebas! Estoy de acuerdo en que hay demasiadas pruebas en nuestras escuelas, pero las evaluaciones no tienen que venir siempre en forma de papel y lápiz.

"¿En qué momento sientes que has" aprendido "este concepto?" Esta pregunta que desencadena la metacognición de un estudiante puede ser difícil de responder. Al reflexionar sobre la pregunta, es posible que no podamos responderla fácilmente nosotros mismos. ¿Hemos aprendido algo, como un hecho, si podemos recordarlo? ¿Aprender es lo mismo que recordar? ¿Hemos aprendido algo cuando podemos usar la información de una manera específica, aprender es lo mismo que aplicar? ¿O tiene que ser un nivel aún más profundo? ¿Realmente hemos aprendido algo cuando podemos explicárselo a otras personas?...