¿Puede la tecnología educativa realmente mejorar el aprendizaje y enseñar habilidades críticas del siglo XXI? Puede, pero solo cuando se integra en el entorno de aprendizaje para que la enseñanza y el aprendizaje sean más eficientes, efectivos y atractivos.
Aquí te mostramos cómo comenzar a rediseñar tu salón de clases para el aprendizaje del siglo XXI:
Por qué necesitamos repensar el aula
El alumno de hoy no es el mismo que hace 10, 20 ó 30 años, pero algunas de las aulas no han cambiado. Para desarrollar estudiantes preparados para el futuro, y docentes listos para esta tarea, necesitamos un espacio de aprendizaje que pueda desarrollar esas habilidades, tecnología que fomente las técnicas necesarias y las estrategias para implementarlas de manera efectiva.
Los estudiantes deben desarrollar habilidades del siglo XXI y aplicarlas para estar preparados social y emocionalmente para futuros desafíos académicos y para competir en el mercado global. Las habilidades que necesitan para tener éxito son:
- Pensamiento crítico: Progresando a través de desafíos o problemas utilizando elementos esenciales de pensamiento crítico.
- Comunicación: compartir pensamientos, preguntas, ideas y soluciones, con respeto y de manera articulada.
- Colaboración: trabajar juntos para alcanzar una meta: combinar el pensamiento crítico y la creatividad para trabajar.
- Creatividad: Probar nuevos enfoques y técnicas para completar objetivos.
Cómo cambiamos el aula
El propósito del aula es preparar a los estudiantes para el mañana. Si el espacio o las herramientas no apoyan este objetivo, ¡no están haciendo su trabajo! Necesitamos crear espacios de aprendizaje dinámico donde los muebles, la tecnología y todo aquello que no es tecnología estén integrados para apoyar la instrucción y el aprendizaje de manera efectiva.
Entonces, ¿cómo logramos esto? Centrándose en las siguientes áreas:
- Tecnología: tecnología que facilita el aprendizaje para toda la clase, de colaboración, 1: 1 y STEM al tiempo que agrega sinergia al proceso, lo que hace que el material sea relevante y atractivo.
- Espacio y muebles: maximice el espacio de aprendizaje con muebles flexibles e involucre a los estudiantes a través de mejoras visuales y auditivas.
- Participantes activos: docentes y alumnos que participan activamente en el aprendizaje. Todos los miembros del aula están comprometidos, no hay “sabios en el escenario”.
- Estrategias Colaborativas: estudiantes que trabajan para desarrollar y aplicar las habilidades necesarias para trabajar juntos para completar tareas y resolver problemas.
¿Cómo Mantenemos el Aula?
Has rediseñado una de tus aulas, escuelas o campus, ¿qué sigue ahora? Al igual que el aprendizaje de los estudiantes, este es un proceso continuo que es cíclico y nunca se completa.
Debes continuar trabajando con los docentes para desarrollar sus habilidades y convertirte en guías para el desarrollo de habilidades del siglo XXI. Debes evaluar y medir para comprender mejor tus éxitos y fracasos. Los resultados reales serán el cambio que veas, escuches y sientas en tus escuelas y estudiantes.
¿Cómo pueden los docentes asegurar que sus esfuerzos en el aula estén dando frutos?
- Medición: crea objetivos, brinda retroalimentación y determina las necesidades de desarrollo profesional basadas en visitas guiadas, revisiones en parejas y auto-análisis.
- Reflexión: verifica para asegurarte que las habilidades y técnicas que se utilizan con la tecnología en el aula estén logrando los resultados deseados.
- Desarrollar: Cultivar, desarrollar y capacitar a los docentes, administradores y miembros de la junta para transformar la cultura escolar, permitiéndoles crear aprendices modernos para toda la vida.
Descarga nuestra nueva infografía para tener esta información a la mano. Con la orientación correcta, es tan fácil como 1-2-3 crear el aula que funcione para tus escuelas y docentes, al mismo tiempo que ayuda a los estudiantes a desarrollar las habilidades esenciales que necesitan para tener éxito hoy y mañana.
