El desarrollo de lenguaje es un proceso natural que inicia desde los primeros meses de vida, para obtener las destrezas óptimas del mismo, se requieren de diversas habilidades que no únicamente dependen del área lingüística. Para lograr entender y expresar deben cubrirse diferentes requisitos en cada área del desarrollo –motriz, emocional, social, cognitiva y lingüística- (Olmedo Ligia, 2015)
Actualmente se observan niños que mediante un desarrollo natural o con apoyo terapéutico, logran generar habilidades que les permita comunicar necesidades básicas o intereses propios, sin embargo; presentan carencias fundamentales en otras áreas. Pareciera que los estamos llevando a transmitir solo lo básico para subsistir sin darle el peso crucial a los objetivos de comunicarnos; la interacción y relación afectiva con el otro.
Antes de seguir, parece importante hacer una distinción de términos.
- Comunicación: Proviene del latín communicatĭo que significa compartir o hacer partícipe a otro. Todo ser humano lo puede llevar a cabo, incluso sin emitir sonidos. Tiene sus bases en las áreas social-emocional ya que su dominio se fundamenta en la interacción.
¿Qué buscamos mirar para saber que hay habilidades de comunicación? Presencia de interés por comunicarse o vincularse con otros, contacto visual, estar alerta a los demás y al ambiente, imitación de gestos y señas, etc.
- Lenguaje: Se refiere al conjunto de signos y sonidos que utiliza el humano para poder comunicarse. Tiene su base en el área cognitiva ya que ayuda a organizar, seleccionar y coordinar conceptos.
¿Qué buscamos mirar para saber que hay habilidades de lenguaje? La imitación de acciones y/o sonidos, la organización lingüística (la cual depende de la cognitiva y viceversa), uso preciso del vocabulario, seguir instrucciones verbales, etc.
- Habla: Expresión individual de la lengua. Tiene su base en el área motriz ya que se compone de tres elementos, articulación, voz y fluidez.
¿Qué buscamos mirar para saber que hay habilidades del habla? Coordinación oral-motriz la cual se representa en la producción correcta de los fonemas, coordinación fonorespiratoria y de alimentación.
Basado en lo anterior, el desarrollo lingüístico es un proceso más complejo que solamente decir palabras u oraciones, implica tomar en cuenta para quién va dirigido, mirarlo y modificarlo dependiendo del interlocutor, la elección y estructura del discurso así como la fluidez y claridad con la que se emite.
Se requiere hacer un alto y analizar cómo estamos permitiendo que los menores se comuniquen. Si están entendiendo el objetivo de conectarse con el otro tomando en cuenta también su necesidad, si mediante el mismo estamos buscando elevar la inteligencia y organización del pensamiento, si nos es relevante no solo que se comuniquen sino la calidad de la comunicación. Depende del docente, su experiencia y estimulación para generar en los niños un desarrollo integral, buscando que el lenguaje no solo mueva su mundo, sino también sus relaciones y reflexiones.
Bibliografía consultada:
Olmedo Ligia, De los sonidos al diálogo. Una guía
para estimular el lenguaje de los niños, México D.F., 2015.
Jiménez Claudia, Cómo hacer florecer lo mejor
de cada niñ@, Ciudad de México, 2010, Editorial Alajú.