Mejorar las Rutinas de la Clase con Datos

Publicado por Kelly Bielefeld el 20 julio, 2017
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A veces, hacer cambios en nuestras prácticas de enseñanza puede ser muy difícil. La forma en que enseñamos es un asunto muy personal, ya que como docentes (debemos) traer nuestra personalidad al aula, esto ayuda a conectarnos con los estudiantes. Ya que queremos que los docentes enseñen desde su corazón, para cambiar nuestra enseñanza significa que necesitamos cambiar nuestra mentalidad, nuestras creencias o incluso aquello con lo que estamos cómodos haciendo y diciendo en nuestra clase. Aún más que las prácticas de instrucción, la gestión del aula es una de estas áreas donde el cambio puede ser especialmente difícil.

Parte de esto es porque todos los docentes tienen diferentes niveles de comodidad con ciertos comportamientos. Lo que un docente considera estresante, podría no molestarle a otro. Un docente puede amar y abrazar el caos controlado, mientras que otro es más cómodo con otro tipo de situación. Mientras que el docente reflexiona sobre cada una de estas áreas, él o ella tendrá que determinar de primera instancia si este es un área que se requiere mejorar y si el docente está dispuesto a mejorar.

Haciendo un Cambio Positivo

Por lo tanto, si un docente tiene una mentalidad abierta a estas situaciones y está dispuesto a mejorar sus prácticas de enseñanza, ¿por dónde empiezan? Como dije anteriormente, puede ser un área difícil de reflexionar porque es muy personal. Considero pieza clave que para lograr un cambio exitoso, debemos observar a la clase lo más objetivamente posible, esto sucede usando datos cuantificables para guiar el proceso.

Si no sabe por dónde empezar, aquí hay algunas maneras para lograr que empiece el proceso de reflexión, junto con métodos para recopilar datos que ayuden a mejorar. Cuando hablo con los docentes sobre esto, trato de enfocarme en aumentar el tiempo de instrucción. Esta es realmente la mejor manera de maximizar lo que hacemos, dando a los estudiantes más tiempo para aprender y a los docentes más tiempo para enseñar.

  • Gestión de Toda la Clase: Puede gestionar mejor su salón de clase reflexionando sobre las rutinas, los procedimientos, los incentivos de toda la clase y los apoyos positivos que están actualmente en vigor para los estudiantes, haciendo mejoras según sea necesario.

  • Transiciones de Tiempo: Las transiciones pueden ser pérdida de tiempo y, a menudo, los docentes ni siquiera se dan cuenta de ello. Esta puede ser una de las estrategias más fáciles de llevar a cabo, así como la recopilación de datos, y una gran manera de incorporar a los estudiantes en el proceso. Simplemente asignar a un estudiante para ser el "temporizador de la clase". Pídales que inicien y detengan el temporizador para cada transición y que lo registren. El docente/clase puede completar el tiempo, y luego establecer metas para mejorar si es necesario.

  • Seguimiento de Interacciones: Este puede ser más difícil de rastrear, pero es probablemente uno de los más importante porque afecta directamente a los estudiantes. Tome los datos de los estudiantes a los que pide responder preguntas, así como los que interactúan más o menos. Una vez que estos datos están en la mano, eche un vistazo a las proporciones de los niños frente a las niñas, los estudiantes con necesidades especiales versus los estudiantes que no tienen necesidades especiales, aquellos que están al frente de la clase y los que están en la parte de atrás. Estos datos pueden ser recolectados usando una lista de la clase y una hoja para anotaciones, pero es aún mejor si alguien no conectado con el aula registra las interacciones para que el docente pueda centrarse en la enseñanza y no en la recolección de datos.
  • Registro de Minutos Fuera del Aula: ¿Cuánto tiempo de instrucción se pierde debido a las visitas a la enfermería, oficina o salidas al baño? Esta es otra área para recolectar datos fácilmente, siempre y cuando el procedimiento de una hoja de salida este en su lugar. Pida a los estudiantes que escriban su nombre, hora de salida y hora de regreso al aula. Con demasiada frecuencia, los estudiantes tratan de salir del aula para evitar algo, generalmente ya sea completando el trabajo o por otros estudiantes. Esta actitud de evitar algo resulta tiempo de instrucción perdido, pero también puede ser una señal –en un nivel personal- que el estudiante está pasando por algún problema más grande en su vida. El docente puede contar el tiempo por día y semana, y luego establecer metas junto con la clase para minimizar el tiempo perdido.

  • Arriba, Abajo y Alrededor del Aula: Al igual que los estudiantes que se salen del aula para evitar cosas, hay niños que harán lo mismo dentro del aula. Si la clase de matemáticas está resultando un poco complicado, sacarán punta a su lápiz, sacarán un pañuelo, mirarán por la ventana y luego van a atravesar toda el aula para tirar el pañuelo lejos. Los docentes suelen pasar por todo esto, pero es otro hábito que se puede controlar o al menos reflexionar sobre este. Si el docente registra el número de pañuelos tirados y lápices a los que se les sacó punta, el docente puede reflexionar sobre los procedimientos para disminuir este movimiento.

  • Tomando el Pulso de la Clase: Al realizar encuestas rápidas a la clase, el docente podrá sensibilizarse aún más respecto a si los estudiantes están entendiendo un tema o no. Si no, él puede decidir si ese tema debe ser revisado nuevamente en ese momento, o si sería mejor agrupar a los estudiantes para trabajar en diferentes niveles de revisión/progreso. Esto ayudará a que el tiempo de instrucción sea más efectivo y, a su vez, más eficiente y valioso.

Usando los datos para encontrar una base de estas rutinas de la clase, los docentes pueden determinar si el tiempo de instrucción puede ser mejorado y seguir el progreso para obtener algo mucho mejor. ¿Cómo ha mejorado las rutinas dentro de su salón de clase? ¡Comparta con nosotros sus comentarios abajo!