La Pregunta Del Plan de Estudios

Publicado por Travis Rink el 18 junio, 2019
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Un estudiante se está sentando para comer una "comida" de información que se ha preparado para ellos. Un docente les ofrece una comida casera como lo haría un chef, con diferentes ingredientes reunidos para crear la comida. Otro docente produce una comida rápida preparada que se les ha proporcionado (piense en una comida rápida de Hamburguesas). Al estudiante se le ofrecen ambas comidas, ¿cuál van a comer?

Esta es una metáfora demasiado simplificada, pero con la que luchan muchos docentes. También es una pregunta con la que luchan los líderes en educación. Queremos darles a los docentes libertad para desarrollar lecciones en torno al plan de estudios. Sabemos en nuestro corazón que esto suele ser más atractivo y tiene un mayor grado de aceptación por parte del docente. Pero, por otro lado, podríamos leer investigaciones sobre instrucción que dicen que necesitamos instrucción fonética explícita, y luego nos damos cuenta de que la instrucción fonética debe estar alineada desde preescolar hasta el primer grado y el segundo grado. Entonces podríamos darnos cuenta de que tiene mucho más sentido tener un plan de estudios enlatado que todos usamos para trabajar con la instrucción fonética, en lugar de que todos se inventen su propia "receta". Por lo tanto, ahora nos preguntamos si ese es un mejor enfoque.

El Papel de las Relaciones Estudiante - Docente

Esta pregunta es buena y las respuestas son complejas. Diferentes filosofías sostienen que ambas son apropiadas y válidas. Pero, ¿qué nos muestran las investigaciones sobre estos dos tipos diferentes de estrategias?

Para empezar, debe decirse que el aprendizaje de los estudiantes se lleva a cabo cuando el estudiante siente una fuerte conexión con el docente. Independientemente del plan de estudios, el enfoque o la instrucción, esto debe estar en su lugar.

Supongamos que un docente tiene relaciones sólidas con sus alumnos. ¿Deben los administradores y los líderes curriculares darle a ese docente un libro de texto con un calendario sobre qué enseñar y cuándo enseñarlo? ¿O debería el director darle al docente los estándares que deben enseñarse y dejar que lo resuelvan por su cuenta?

Encontrar el Equilibrio

La respuesta es probablemente algo de ambos. Ninguno de estos extremos debe ocurrir todo el tiempo. La mejor pregunta podría ser cuándo es una de estas filosofías más apropiada que la otra? ¿Y qué ventajas y desventajas hay para cualquiera?

Para empezar, creo que todos los docentes deberían ver el libro de texto como una herramienta para usar y no como un plan de estudios. El material de cobertura es importante, pero si realmente estamos enseñando de manera efectiva, estamos ajustando la instrucción a medida que avanzamos en ritmo y profundidad. Para hacerlo bien, y hacerlo de manera efectiva, los docentes no siempre pueden apegarse al libro de texto.

Tener un libro de texto y un plan de estudios acordado ancla la instrucción y crea un lenguaje común, por lo que es una ventaja tener uno y usarlo. En lugar de que cada docente lo haga a su manera, hay algo en común con lo que se enseña y cómo se enseña. Tener fe ciega en el libro de texto no es lo ideal, pero tiene su lugar en el aula.

La Importancia del Desarrollo Profesional

Los docentes también deben recordar que los libros de texto no son el principio y el fin de todo. Y a pesar de que las compañías de libros de texto han comenzado a ofrecer más recursos por niveles y herramientas de instrucción niveladas, aún apuntan a la mitad de un aula. Al pensar en el compromiso, debemos entender que ya sea un libro de texto u otra fuente, debe haber estrategias atractivas que coincidan con el material que se está enseñando (es decir, incluso si estamos sirviendo una hamburguesa, todavía podemos condimentarlo para hacerlo mejor).

El desarrollo profesional es clave (si tuviera un centavo por cada vez que lo haya dicho). Si esperamos que los docentes utilicen estrategias atractivas y estén dispuestos a expandirse más allá del libro de texto, debemos capacitarlos sobre cómo hacerlo. Hacer esto, y hacerlo bien, también requiere tiempo para una colaboración reflexiva entre los docentes. Es por esto que a veces vemos que los docentes se apoyan en el libro de texto. Por la misma razón por la que un padre puede agarrar al Asistente de hamburguesas que necesita una comida rápida, un docente puede apoyarse en el libro de texto si no hay tiempo suficiente para prepararse. Aunque sabemos que una cena hecha desde cero sería mejor, hay una realidad en la vida que a veces requiere algo rápido. Cuando los docentes tratan de perfeccionar su oficio como el "chef" del aula, necesitan tiempo para pensar y planificar.

Al final, el paso más crítico en el proceso podría responder mejor a nuestra pregunta. Este paso es reflexionar sobre la lección y evaluar el aprendizaje. Si los estudiantes están aprendiendo a la profundidad requerida, ¿importa cómo llega el docente? Nuevamente, el tiempo y la capacitación en ese sentido son críticos, pero piense en lo importante que es esto y lo raro que es que lo hagamos.

Al final, necesitamos que los docentes tengan tiempo para convertirse en "chefs". Debemos reconocer el valor de un plan de estudios enlatado cuando sea apropiado y, lo más importante, debemos saber si los estudiantes han aprendido a saber si somos efectivos, independientemente de las herramientas que utilizamos.

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