Actualmente es una necesidad el perfeccionamiento del profesorado y en específico surge la preocupación de quienes en el aula manejan niños y jóvenes que no tienen juicio crítico ( y habilidades de pensamiento); la búsqueda de técnicas y estrategias que faciliten el proceso de aprendizaje y promuevan la madurez intelectual del alumno es cada día más frecuente.
Es por esto que encel contexto escolar el docente requiere del manejo de estrategias para enseñar a pensar, por lo que es básica la información y formación respecto al tema. El día a día demuestra la necesidad que existe de un aprendizaje continuo por los cambios culturales, políticos, científicos, económicos, tecnológicos y generaciones, etc. que los niños y jóvenes enfrentan.
La capacidad que cada persona posee para aprender tiene que ver con las estrategias de pensamiento que usa para conocer el mundo, buscar información, relacionarla, organizarla y utilizarla para planear un proceso (solucionando así una situación o resolviendo una tarea). El alumno entonces debe reconocer qué información ya tiene y cuál le falta, después de obtenerla requerirá saber qué hacer con ella (reconociendo cuál es la mejor manera de aplicarla para su beneficio y el de los demás).
Las estrategias para pensar necesitan ser enseñadas (ser mediadas), el docente es entonces quien tiene mayores oportunidades, pues su contexto demanda el uso de habilidades cognitivas frecuentemente.
Entonces ¿es posible enseñar a pensar?, sí y el aula es el lugar idóneo pues el docente puede tomar el rol de mediador y facilitador de estrategias.
“Se puede afirmar que los hechos demuestran que se pueden enseñar estrategias cognitivas que permitan al alumnado hacer un mejor uso de lo que ya conoce y de lo que sabe hacer, de tal manera que se le capacite para buscar nuevas respuestas a nuevos problemas que se le vayan presentando” (Elosúa Ma. Rosa, 1993 ).
El uso de habilidades y estrategias para pensar dará como resultado que el alumno y el docente se conviertan en individuos reflexivos, esto aumenta las posibilidades de independencia cognitiva en el aula (grupos que requieren cada vez menos dirección y que incrementan su eficiencia y actitud proactiva) actuando de manera más autónoma.
Evidentemente la reflexión y el uso de estrategias para pensar en el aula es una necesidad en el que enseña y en el que aprende, porque con este enfoque, tanto el docente como el adulto viven los 2 roles (pues aprenden y enseñan alternada y simultáneamente).
El maestro que enseña a pensar entonces deberá hacer explícitas las estrategias para pensar durante las actividades que realiza, llevando al niño o joven a visualizar procedimientos o construir métodos, recolectar datos, organizar, elaborar y aplicar la información que requieran para enfrentar las demandas del medio; tomando mejores decisiones y resolviendo problemas.
Las estrategias para enseñar a pensar no son un sustituto de los conocimientos que se aprenden en cada materia, pero podrán dar la oportunidad al alumno de saber utilizar ese conocimiento. Ya que el concepto sin aplicación no le será útil en un futuro.
Bibliografía consultada:
Elosúa Ma. Rosa, Estrategias para enseñar y aprender a pensar, Madrid, 1993, Ediciones Narcea
Laniado Nessia, Como despertar la inteligencia de tus hijos, Barcelona, 2002, Editorial Paidos