En los años que siguieron a la era de Ningún Niño se Queda Atrás, las escuelas, los educadores y los administradores aprendieron que un hiper enfoque en lectura y matemáticas no produce mejores resultados en los estudiantes. Todos sabíamos que nuestros estudiantes eran mucho más que una prueba, y ahora que todo el sistema no está centrado en estos puntajes, podemos volver a centrarnos en lo que realmente importa.