Las limitaciones que tiene un adulto trabajador para seguir estudiando pueden ser varias y muy diversas, cada una de ellas incluso personalizadas; van desde los requisitos de admisión, hasta la ubicación de los centros educativos; sin embargo, dos de estas limitaciones son las que comúnmente se presentan.
La primera es el tiempo. Singularmente es un factor que se cotiza cada vez más y que se encarece conforme va creciendo. Los adultos trabajadores valoran su tiempo porque saben que cada minuto cuenta para lograr u obtener algo. No les gusta malgastarlo y esto se debe a que han crecido en una generación dónde todo puede hacerse con sólo un clic. Perder el tiempo esperando va en contra de su estilo de vida, la forma de comprar hoy en día es fácil y rápido, basta ingresar a páginas como amazon para comprobarlo, así como la decisión de donde y con quién invertir o gastar su tiempo. El adulto trabajador conoce el valor de su tiempo y no está dispuesto a gastarlo en un lugar sabiendo que hay otro que le ofrece lo mismo, pero en menor tiempo a menos que existan otras consideraciones en el contexto como la calidad, el prestigio y la experiencia que lo lleven a tomar otra decisión, pero la voluntad de hacerlo o no depende sólo él.
El segundo es el dinero. El adulto trabajador valora en qué gastar lo que ha ganado por su trabajo, por ello la forma de utilizarlo depende también de su voluntad, aunque algunas ocasiones no lo haga de forma planeada sino de forma emocional o por urgencia. En la pirámide de Maslow donde analiza la jerarquía de necesidades humanas el estudio no forma parte de sus prioridades básicas, por el contrario, estudiar es una necesidad que se desarrolla después de satisfacer las anteriores. Hay que recordar que el adulto trabajador en su mayoría tiene compromisos adquiridos por su forma y estilo de vida, de ellos en algunos casos depende una familia de primera línea como esposa, esposo e hijos, y en algunos otros casos sus padres. Hay otros casos en los que los padres son los que apoyan al adulto a seguirse preparando, entonces la decisión de donde y cuanto invertir en la educación depende de los padres o de ambos.
Una vez que inicia su vida laboral el adulto pocas veces se ocupa de seguirse preparando a través de la educación, el estudio no forma parte de sus primeras inversiones, son el entretenimiento, el esparcimiento y la adquisición de bienes materiales como el auto o una casa lo primero en lo que invierten sus ingresos, sin embargo otras veces no es así, pueden abandonarse los estudios por una necesidad familiar, entonces inician una vida laboral para satisfacer las necesidades primarias de la familia nuclear. En cualquiera de las dos situaciones, el estudio es desplazado por el trabajo.
Es más adelante de su vida cuando su madurez le hace sentir la necesidad de reconocimiento y confianza, entonces considera la educación como un medio para obtenerlo. Su análisis antes de iniciar a estudiar incluye cuánta disponibilidad de tiempo tiene y el presupuesto que va a destinar para hacerlo, una vez resuelto esto se pregunta qué estudiar, dónde hacerlo y qué espera al terminar. Las Instituciones de Educación Superior (IES) deben tomar en cuenta estos factores antes de incluir modalidades de estudios para los adultos trabajadores, ¿no lo creen?
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